Ya en la mañana, Silph amaneció con horribles dolores de cabeza, por los golpazos que se automedicó en la madrugada, pero aún así no le importó como para darse un rico desayuno con base en carbohidratos y proteínas: sí, eran unos suculentos waffles con miel de maple, mermelada de mango y salchichas, así como jugo de mandarina. Hasta aquí se puede decir que todo es normal, sólo que en el caso de nuestro héroe, la comida era por montón.
-Oye Silph, ya van 14 platos de waffles y tú aún así sigues comiendo- dijo Wolf.
-Oh pues, es que como somos siempre estamos activos, necesitamos de mucha energía y nuestro metabolismo no conoce mucho límites que digamos, además, apenas estoy llegando a la mitad- le respondió.
Poco después, ya cuando Concha y sus hijos se fueron a la escuela, Silph le preguntó a Wolf si podría salir de la casa.
-Oye maestro Wolf, no crees tú que debería salir para que me distraiga- dijo mientras dibujaba una sonrisa que hacía ver sus colmillos todavía sucios por el desayuno.
-Es imposible, recuerda que tú eres un alienígena en este planeta y si sales, será la perdición de todos- respondió el chaparro bigotudo.
-Ooohh, pos nomás salgo rapidíto de la casa desde tu patio y ahí hago algo en las afueras de la ciudad-
-¿Volando?- dijo Wolf a lo que Silph respondió:
-Pos claro, así nadie se va a dar cuenta, ni siquiera tus vecinos-
-Sabes Silph- manifestó el maese Patterson -Yo me voy a trabajar, tu quedate aquí a leer, a dormir, a ver la TV, no sé, pero por favor, ¡NO SALGAS DE LA CASA!-
Acto seguido, se retiró para su oficina y el pobre muchachón se preguntaba qué podría hacer.
-Jamm bueno, pos vamos a leer algún libro terrícola- pensaba al tiempo que agarraba una de las enciclopedias del estante.
-¡CARAJO! no se entiende ni maíz palomita, tal vez su idioma y mi idioma sean muy parecidos fonéticamente, pero no entiendo su grafía, chale- dicho lo cual arrojó el libro a sus espaldas.
Después de un frustado intento de cultivarse, no tuvo remedio más que ver la telera. Primero vió las noticias de Eduardo Ruíz-Healy, pero hubo algo que no le gustó al buen Silph que tuvo que irse al baño a vomitar parte de su desayuno, pobre; luego cambió de canal y era un reportaje sobre los borrachos que fueron interceptados en la gran ciudad durante la noche anterior.
-Chale, esto no da risa, espérense los humanos que vean las borracheras que hacemos y se van a desatornillar de risa, jejejejejej- dijosé Silph.
Después, vió un pedazo de una novelo o algo así sobre una niña fea que tiene un montón de aventuras con sus amigos.
-Chale, ese gansito, cisnito o lo que sea me da asco, no quiero vomitar otra vez- y cambió de canal, hasta que dió con un comercial donde un bebé "explicaba" lo "bueno" que era tomar electrolitos. La inmundicia de la televisión matutina hizo que nuestro musculoso guerrero no tuviera otra opción más que pensar junto a la ventana.
-Estoy en un lío, si me quedo me aburro, mi vuelvo a casa me mata el condenado Arstok-
Horas después, llega Concha y sus hijos y ven que Silph ya había preparado algo para almorzar.
-Silph, que milagro que hayas hecho este trabajo- dijo Conchita.
-Es lo menos que puedo hacer, sabes; como no tenía nada que hacer, me dispuse a cocinar para probar mis dotes de chef- le respondió.
La neta no era la gran cosa: Silph había agarrado algunos trozos de filete de res, lo picó y lo combinó con arroz y verduras, aderezado con salsa de tomate y mucho orégano. Por supuesto que a la familia se le hizo muy raro el aperitivo (incluso el pequeño Gregorio se fue secretamente al baño para escupir la comida), pero para nuestro héroe del paliacate rojo era una delicia, claro que ellos preparan con carne de iguanodontes gigantes y usan una salsa verde con trozos de una extraña fruta, en donde para que la carne quedé muy exquisito, se debe primero ponerlo en baño maría con agua salada para que...
...chín, ya me desvié del tema, el caso es que comieron con gestos muy raros, pero lo tenían que hacer por respeto al invitado, y así fue hasta que llegó Wolf, lo probó y no saben qué feliz se encontraba cuando la comida silferiana le recordaba sus años adolescentes en el planeta de los lobos nómadas. Como sea, ya para la noche, se divirtieron con juegos de mesa y de salón; todo parecía que iba bien, pero en Silph, para su interior, ya estaba comenzando a fastidiarse de todo y de todos.
Ya a la hora de dormir, Silph quiso ver la telera otra vez, suplicando mentalmente que hubiera algo bueno a esas horas.
-Telenovelas privadas de sentido, noticiarios de mentiras y ofensas a la inteligencia, parodias de deportes hechos shows para payasos (se refería a una función de lucha libre de la AAA), comedias insulsas y carentes de humor, ¡carajo!-
-No hay nada, sólo pura porquería- hasta que se topó con uno de los programas que le gustaba desde que llegó a la Tierra.
-¡SÍIII!, al fin algo bueno que ver- se emocionó Silph, pero...
(por favor, dale click para que tenga su chiste, gracias)
Resulta que ya había terminado "La Carabina de Ambrosio" y el siguiente programa era el show de Capulina.
-¡No mames! ahora sí no hay nada que ver- dicho lo cual apagó la TV y se dispuso a dormir amargamente.
Al día siguiente, Wolf notó que el guerrero estaba ahí parado en el patio, como que en pose de espera para el ataque (as usual para un gladiador como Silph).
-Silp, ¿qué haces ahí parado?- preguntó el maese Patterson al tiempo que nuestro joven soldado voltea rápido la cabeza. Silph nomás se queda viendo a Wolf con una mirada no muy agradable que digamos.
-¿Te sientes bien?-
-¡NO! No me siento bien- responde furiosamente pero con discreción Silph.
-¿Por qué? ¿Qué tienes?-
-Mira Wolf, yo la neta ya estoy harto de estar acá, no puedo hacer nada y ya mis músculos están comenzando a estar flácidos- respondió Silph.
-Bueno, es que recuerda que como eres un alie...-
-Sí, sí, ya lo sé, puedo espantar a todos y me descubrirían a mí, esa mamada ya lo sé- interrumpió secamente el enorme guerrero, a lo que Wolf, ya medio molesto, le dijo:
-Bueno, si ya dices que ya estás fastidiado, por que mejor no sacas tu capsula espacial de la bodega y vuelves a tu planeta, de todas maneras eso significa que ya terminaron tus vacaciones ¿no?-
-Yo tengo mis razones para no volver a mi hogar, además ya destruí mi navecita y no pienso volver ahí-
-¡¿QUÉEEEEEEEEEEEE?!- gritó Wolf, al tiempo que estaba a punto de tener un soponcio -¡¿Estás loco?! ¿y qué quieres que haga? Aquí no podrás hacer nada, además no me dijiste que te ibas a quedar indefinidamente-
-Tch, llama a tu familia para que hable con ellos en la noche- dijo Silph -yo... estaré nomás aquí afuera, a seguir pensando-
Wolfgang se retiró, le dijo a su esposa sobre esto y acordaron no intrigar de más, querían saber las peticiones que quería Silph; y así estuvieron en una tensa calma, hasta que llegó la noche.
(continuará)
viernes, 31 de julio de 2009
Querida: hay un guerrero en nuestro sofá (V)
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2 comentarios:
Aaa! Che Sliph...
Ya esperaba esta continuación con ansias Pablo...
Saludos!
Oh my god! Wanna read more!
Esperaré a ver qué pasa.
Por cierto, agrégame al msn ¿no? Toma mi msn de mi perfil =)
Saludos
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