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martes, 21 de julio de 2009

El conde de Saint Germain y el futuro dizque masón

El domingo pasado me quedé solo en casa, puesto que a la lonchería al que iban mis papás y hermanos no era muy grato para mí (es que no me gusta como preparan las tortas, hamburguesas y panuchos, parece que no conocen las redes para el cabello), y decidí pendejear un rato en mi laptop. Todo iba muy bien cuando llaman a la casa, me asomo por la ventana y veo que es un hombre medio gordo con algo así como un traje francés del siglo XVIII, el señor se veía muy raro con esta vestimenta, máxime que ya había pasado el carnaval.
-Disculpe, estimado joven, ¿usted es el señor Pablo Cabañas?- me dijo.
-Pos sí, ¿qué se le ofrece?- respondí con una sonrisa formada más por los nervios que por lo cómico de su vestir.
-Antes que nada, déjame entrar a tu casa muy "futurista"- dijo el extraño pero elegante forajido.
Accedí a dejarlo pasar, pensando que tal vez era alguién muy importante como para que me haya querido buscar por mi nombre (y no ser como aquel sujeto que "gracias" a mi hermanito, fuimos estafado por él al que le dimos 200 pesos <---- auténtico).
Se sentó en uno de los sillones de la sala, al tiempor que me acomodaba en otro sillo. Ya le iba a preguntar quién era y toda la cosa cuando me dice:
-Permitame presentarme, yo soy el Inmortal Conde de Saint Germain, y he venido para prevenir lo malo y aclararte lo bueno que hay en tu futuro-.
¡No podría creerlo! ¡El mismísimo Conde de Saint Germain estaba en mi casa! Pero...

-¿Para qué quería buscarme y hablar sobre mi futuro específicamente?- le pregunté.
-Mire joven maestro (y no porque seas maestro normalista), he visto que tiene un grato interés hacia las fuerzas que van más allá de lo evidente, estudiando toda las cosas sobrenaturales que han sido ocultadas por nuestros ancentros desde la aurora de los tiempos...-

Mi encuentro con el conde francés (el sombreado deja mucho que desear, sniff)

-...y ahora que te encuentro, necesito darte información necesaria y clasificada para que en el futuro inmediato pueda acceder a una logia masónica, y así podamos ayudarte a destruir todo lo malo que hay en el Universo, como lo hiciste con la Muñeca Diabólica hace un par de años- me dijo.
-¡¿YO, MASÓN?!- le contesté aturdido -¿Cómo voy a ser un "albañil esotérico" si hacen muchas cosas que nadie sabe?-
-¡Pos por eso mismo, para que sepas qué cosas son!- me dijo eso al tiempo que me daba un coscorrón con su bastón.
-Pero bueno- prosiguió Saint Germain -El caso es que como estás enterado de muchas cosas que suceden en el Mundo desde una perspectiva "entre-líneas" (es decir, lo ocultista), hemos decidido entrenarte de una buena vez para que así logres mejorar el género humano-.
-Disculpeme señor Don Conde- respondí -pero la neta no sirvo para eso, yo sólo quiero ser dibujante, terminar mi carrera y si me he metido con lo paranormal o esotérico, es por mero gusto y además me sirve de base para algunas historietas- además recalqué: -Ah, y por lo de la Muñeca Diabólica, esto lo hice para que se largue del país y del planeta, con ayuda expresa de los mejores guerreros del universo-
Después de la discusión, el Conde me decía que por qué debo ser masón, que si los Illuminati estos, que si los Rosacruces aquellos, y la neta estuvo como 20 minutos diciéndome cosas que en honor a la verdad, no le entendía ni papas. Ni hablar...
Lo que sí me llamó la atención es que me había dicho que en un plantea ubicado cerca de Sirio B, se realizan una pruebas tipo Olimpíadas, en donde los gladiadores más bravos de las galaxias se reunen para que se eligan los mejores de sus razas y así formar un super ejército para aniquilar rastros de maldad pura (aunque mis divagaciones eran algo tan flojas que ya no sé si se debía al pecado de Adán o a las acciones gubernamentales de Xenu, la neta no lo sé); el caso es que los humanos, al ser una raza físicamente débil, no podríamos concursar en sus campeonatos (que se asemejan mucho a mi historia de Silph en el Torneo Galáctico <---- en trámite), pero sí podríamos contribuir con nuestras sapiencias como maestros tipo "sensei", al explicarles sobre la importancia de participar y alcanzar la gloria al derrotar a algún secuaz del Maligno; el conde de Saint Germain me decía también que para evitar bullas y desmadres por todo el orbe, los organizadores del campeonato universal decidieron encargar al arquitecto judío Hiram Abif (jefe de contrucción del Templo de Salomón) la creación de una organización especializada para ayudar a los camaradas galacticos, así como para mejorar a la raza responsable del planeta Tierra (o sease, los humanos), este grupo sería la Masonería.

Según un sueño que tuvo el Conde de Saint Germain, el mismo Dios Jehová me señaló el camino hacia el estadio que hay en la ciudad capital del planeta Heriaf; era un precioso lugar, el coliseo estaba en medio de la urbe -que se asemejaba mucho a Nueva York-y yo tenía ropajes bien rojos que según lo interpretó el conde, estaba coloreada con la sangre de los padres de los mejores guerreros del Universo (más fumado no podría ser).

Después de eso, sólo recuerdo que se puso a hablar mal de los rosacruces, de los dogons, del papado, de la reina Victoria, de Woodrow Wilson, de Barry Bonds, de Globovisión, de los Kichsner, de las modelos de Versace, de los "metroflog stars" y otros que de momento ya no me acuerdo. En eso llega Spunky -que estaba durmiendo en el patio- y comienza a ladrar al conde, que acto seguido sale de mi casa y corre desesperadamente por la calle hasta que lo veo subir a una rara motocicleta y sale de ahí, dejando una estela con un olor hediondo.
-No te preocupes, tío, yo mismo te he salvado- Me dijo Spunky.
No le dije nada, sólo que volví a sentarme en el comedor para volver a pendejar en internet, cuando llega mi familia con cara de satisfacción extrema. Síp, habían ido a Sabrocitacos, y yo, por mamón, no fui. Sniff, sniff...


Heme aquí a mis 32 años: 1/4 de fisiculturista, con mi plumilla de monero y mi delantal de masón, así como el martillo de plata que se usa en la logia al que entré. Como pueden notar, todavía tengo el privilegio de usar lo que más me gusta: mis sandalias...
:D


FIN

1 comentario:

Ernesto R. (Choms) dijo...

Pués el sombreado es sencillo, pero da el efecto que debe de dar, además es estilos se rompen generos :D