Se actualiza los lunes y jueves...

sábado, 11 de abril de 2009

Querida: hay un guerrero en nuestro sofá (II)

Al día siguiente, mientras Concha y los niños estaban en sus escuelas (recuerden, nini@s, Conchita es maestra), Wolfgang decidió (bajo su riesgo) llevar a Silph a conocer la ciudad.
-Bien Silph, sí piensas quedarte algún tiempo con nosotros, no quiero que la pases encerrado en mi casa, tendrás que conocer la ciudad-
-¿Conocer la ciudad? Acaso no te das cuenta que tu raza puede aterrorizarse al verme; ¡Carajo! Soy un alienígena según ustedes- replicó Silph.
-Cierto, así que tendrás que ponerte esta gabardina, el sombrero y estos lentes de sol, para que puedad pasar casi inadvertido- le respondió Wolf.
Antes de salir, Silph le preguntó al señor Patterson: -Estem, exactamente, ¿de qué trabajan ustedes los humanos? Sí no son conocidospor guerreros y uno que otros son magos-
-Chales- dijosé Wolf -Pues fíjate ¿Ya viste cómo son los muzkelinos? Pues algo similar, veras, ellos tienen grandes edificios de oficinas, muchas oficinas, con burocracia al por mayor, son empresas automotrices, de arquitectos, bufettes jurídicos, etcétera, etcétera. A eso le agregas la estructura mitológica de los pantreros (panteras antropomórficas de Sirio A), el cual ellos tienen un líder que recibe instrucciones de sus dioses a través de conjuros y oráculos, con ritos algo ya descontinuados a los ojos de la razón, ¿te acuerdas del patriarca de los pantreros y sus dos hijos que lucharon en ese torneo? Pos tenemos uno similar, y lo llamamos "papa"-.
-¿Entonces son una raza interesada sólo en lo material, como los muzkelinos, y en los rituales bastantes raros, como los pantreros?- dudó Silph.
-Gracias a Dios, no- dijo Wolf y continuó: -Menos mal que también somos como los carkatos, ellos son como los muzkelinos pero no tan materialistas y además sienten un interés bastante peculiar con respecto al arte, como música, pintura, teatro, etcétera-.
-Wow- exclamó Silph -por lo que veo son como tres civilizaciones en una, pero lo que me extraña es que sean un poco atrasados tecnológicamente con respecto a ellos, ¿por qué?-

-Veras joven, por el simple hecho de que no hemos madurado en el plano científico, y no es que los hombres de sabiduría de nuestro planeta sean unos ociosos, no; el problema que se enfrentan está en la sociedad misma, con sus miedos y sus adversiones hacia todo signo de progreso, no sólo en el plano científico, sino también en otros campos, como la moral o la artística- dijo Wolf y continuó: -pero no todo es culpa del género humano (con cientos de civilizaciones, debo aclarar), también están aquellos líderes de conciencias, los religiosos que dicen que está bien y qué está mal...-
-Pero sí ellos escogen lo que es bueno y malo, ¿no crees que deberían de agradecerlo?- interrumpió Silph.
-¡¿AGRADECERLO?!- dijo Wolf con suma indignidad -Silph, en este planeta, los patricarcas religiosos no son como los pantreros; sí es cierto que ambos usan ritos arcaicos, pero al menos esas tribus felinas no andan obligando a sangre y espada lo que está mejor para los pueblos. Esos jaguares galácticos han usado sus enseñanzas como el medio para alcanzar su logro como raza cósmica, en cambio, nosotros hemos utilizado los ritos como el fin de la deidad: comulgar, ir a misa, no comer carne los viernes, no ser masón, no ser comunista, dar el diezmo, confesarse a chaleco, etcétera. Y mira que estoy hablando sólo del catolicismo, porque si hablo de los judíos, musulmanes, luteranos, testigos de Jehová, budistas, hare krishna, mormones, bautistas, cienciólogos, satanistas, taoístas, maniqueos, menonitas, wiccas, presbiterianos, ortodoxos, hasta de los agnósticos y ateos despistados, es un cuento de nunca acabar, ¿Captas?-
Silph respondió acertivamente (aunque un poco intrigado por el discurso), pero aún así, el maestro Wolf continuó: -En suma, si ellos apoyaran los logros que han surgido en nuestra historia, otro gallo cantaría, sin embargo no, hasta fíjate que un papa de hace siglos aceptó que la Tierra gira alrededor de nuestra estrella vital, el Sol-
Una vez finalizado el rollo del maese Patterson, Silph tomó los atuendos necesarios para poder salir. Ya en las afueras de la ciudad, nuestro joven héroe recorrió las calles, mientras Wolfgang le explicaba algunas cosas sobre las costumbres humanas, pero más que nada en la llamada civilización mexicana (debido a la multiculturalidad de la raza humana).

Muchas cosas le parecía familiares a Silph, como el uso gastronómico del chocolate, medios de comunicación (primitivos, eso sí) como el teléfono, la radio o el internet, o los centros de esparcimiento humanos (que van desde la biblioteca hasta el bar); pero también notó algunas curiosas diferencias, un buen ejemplo de ello es el uso del combustible fósil para los automóviles.
-Señor Wolf- inquirió Silph -¿Cómo es que ustedes no usan la electricidad para el funcionamiento de los coches? ¿Acaso los humanos todavía no se han percatado de que el petróleo no es tan duradero?¿No lo sabías?- Esto lo dijo pensando que Patterson era ignorante en este aspecto (además, mención aparte, el recurso fósil en el planeta guerrero se extinguió definitivamente hace como 19 siglos terrestres).
-Sí, eso ya lo sabíamos- dijo Wolf con un dejo de "ya-lo-sabía" -pero desgraciadamente, nos topamos con otros tipos de personas: los empresarios transnacionales. Para ellos, lo más importante son las ganancias, el dinero vaya; saben perfectamente que el petróleo y sus derivados son recursos no renovables, pero aún así siguen produciendo coches y coches en donde la gasolina es el combustible adecuado. Sin embargo, no todos son así, hay algunos que están consientes de que ese recurso se acabará muy pronto y ya hay autos que se manejan con electricidad, pero desgracidamante la sociedad misma no los han querido adoptar hasta el momento. En vez de preocuparse por las bondades que nos puede ofrecer ese magnífico medio de transporte, lo utilizan para cualquier cosa menos para eso: transporte. Si no vaya usted a quien sabe cuantas exhibiciones de autos y veras que los humanos son simples esclavos de las máquinas; digo, está bien ponerle algún adornito o gadget al coche, pero tanto y exageradamente, asco-.
Después del paseo, se hablaron de muchos otros temas (que sería algo fastidioso tener que escribirlo tal cual), hasta que volvieron a la casa, puesto que Wolf ya se tenía que ir a su trabajo, dejando a Silph solo en el hogar, pero ni tanto ya que Conchita y los hijos volvieron. La señorita Gómez pensó que sería mucho mejor que Silph conviviera un rato con los niños, así que llamó a Gregorio (de 8 años) para que lo ayudara en la cocina, mientras que Mónica (13 años) podía arreglar su cuarto, con la ayuda expresa del muchacho guerrero. Ya sabrán ustedes la cara que puso el ojiverde cuando se enteró que iba a ayudar al arreglo de una habitación para adolescentes femeninas.

A Silph no les gustaba la idea misma de ordenar el cuarto de uno de los hijos, y era algo fácil saber porqué: él era el invitado y como tal no debía hacer ningún tipo de trabajo, sólo quería descansar y nada más. Pero bueno, se tuvo que gruñir mentalmente y dar suspiros bastantes fuertes. Después del berrinche interior, Silph subió hacia la habitación de Mónica, en donde ella le dijo: -puedes barrer mientras yo pongo mis cosas en su lugar-.
-Mmmm, pues sí, no creo que haya inconvenientes- dijosé Silph mientras daba un suspiro de resignación.
Todos estaban cada uno en su papel, hasta que al finalizar Silph le dijo: -Sabes, qué bueno que tú hayas hecho cosas más difíciles, ciertamente no todas las civilizaciones respetan a las mujeres-
Mónica, asombrada por eso, le inquirió: -¿Por qué lo dices?-
-Bueno, tu papá me dijo algo hoy en la mañana sobre muchas cosas, y una de ellas es el papel de la mujer en la sociedad- le dijo Silph y continuó -Veras, en mi planeta, todos somos guerreros, hombres y mujeres por igual, ya que lo más importante para nosotros es la fuerza y el coraje que uno demuestra, siendo el tipo de poder la única diferencia (por ejemplo, yo soy un soldado de clase baja), pero por lo que me han contado tu padre, aquí en la Tierra todavía hay tribus que consideran que la inteligencia y la habilidad radica en los órganos reproductivos y no en el espíritu de lucha. Eso, en mi raza, es totalmente inaceptable, si alguién realiza un acto machista o hembrista, son considerados criminales y llevados a las mazmorras-.
-Órale- dijo Mónica, pero enseguida replicó -pero Silph, ¿acaso no te contradices al decir que el feminismo también es un acto criminal?-
-Na-ah- dijo Silph con una sonrisa y respondió -No te confundas, una cosa es pedir la igualdad de género y otra es proclamar la superioridad de uno sobre otro; así como existe el machismo, también existe el hembrismo, y así como existe el feminismo, qué es la lucha de las mujeres por hacerse valer ante un mundo dominado por estúpidos dogmas de los hombres, también existe su simíl contrario, el masculinismo- (esto lo decía ya que Silph ha tenido un par de encuentros con civilizaciones hembristas, como las amazonas de la mitología griega, en dónde estuvo a punto de morir, previo uso como semillero, y ya sabrán ustedes qué tipo de "semillas").

-Vaya señor Silph- dijo Mónica -entonces lo importante aquí es que todos debemos ser iguales en lo absoluto, ojalá y todos piensen así. Por cierto, ¿qué opinas de la caballerosidad?-
-¿La caballerosidad?- preguntó Silph con cara de "WTF?".
-Sí, la caballerosidad, que es cuando se le da prioridad a la mujeres en ciertas situaciones-
-Ah, eso- Dijo Silph -Pues tengo entendio de la siguiente manera: estamos en una nave, y nos dirigimos hacia un agujero negro, y la cápsula salvavidas sólo hay para una persona ¿quién debe de ir?-.
-Pues el más fuerte, o sea, tú- respondió Mónica.
-Te equivocas- Lo paró en seco el musculoso gladiador -Debes de ir tú, eres la llave principal para la reproducción de tu especie, ahí se deben priorizar las mujeres, los niños y los hombres más jóvenes- Pero continuó: -Sin embargo, estamos en una situación común y corriente, nos encontramos en un autobús, yo estoy sentado y viene una anciana ¿debo ceder mi asiento?-
-Pues esta vez no, porque tú eres joven y ella ya tiene mucha edad- respondió Mónica.
-Fallaste- le contestó Silph -por supuesto que debo dar mi lugar, es mayor y a los viejos se les respetan. Ahora bien, si fuera una embarazada ¿qué debería hacer?-
-Pos eso sí, darle su lugar- dijo Mónica, al tiempo que Silph aprobaba la respuesta con la cabeza.
-Efectivamente, ella se encuentra débil puesto que su energía la comparte con el nuevo ser, por eso, en mi planeta, las preñadas no puede luchar después del tercer mes de embarazo. Muchas se encuentran de mal humor porque no puede ir a las aventuras galácticas, pero tienen un nuevo ser que compartir y ni modos de exponerlo al riesgo- Pero continuó: -Por último, te encuentras tú, ¿acaso te debo de dar el asiento?-
-Chale, señor Silph, es algo capcioso, la verdad no lo sé, no vaya a ser que me equivoque por cualquiera de las respuestas- dijo con escepticismo la puberta.
-Bueno, en ese caso, no te lo puedo dar, ya que tu eres joven y debes forjar tu fuerza. Ese es el chiste de la caballerosidad, aplicarla con la lógica- dijo Silph.
Un buen rato después, ya con Wolf en la casa, se dispusieron a ver la TV. Estaban allá sólamente Silph, Wolf y Gregorio, el hijo menor.
-Papá- dijo Gregorio -¿Por qué dejaste que ese señor se metiera a la casa? me da miedo-.
-Mira hijo, no te debe de dar miedo, aunque su aspecto no es muy agradable a nuestros ojos, es un amigo mío y como camarada debo de ayudarlo- Esto decía Wolf mientras Silph hacía una mueca de desagrado por el "ofensivo" comentario.

-¿Pero no nos hará algo malo? ya tú sabes que esos seres son malos, no vaya a ser que nos esté engañando y al rato vaya a destruir no sólo la ciudad sino también conquistar la Tierra- dijo Gregorio.
En eso ya le iba a responder Wolfgang cuando Silph contestó medio molesto: -Mira niño, sí en verdad estuviése aquí para conquistar y vender este mugre planeta, ya lo hubiera hecho desde hace un buen tiempo; pero mírame, estoy aquí, viendo eso que llaman televisión, sentado en su sofá y tomando este raro refresco negro-. Acto seguido, Silph tomó el refresco y todo parecía normal hasta que lo escupió y se sacudió la lengua, al tiempo que quería nada más agua.
-¡ARRRGH! ¡Quiero agua! ¡Agua! -bramaba; poco después le trajeron agua, y una vez pasada la acidez dijo ya molesto: -¡¿Pero es que están locos aquí? ¿A eso le llaman bebida?!-
En efecto, Silph tomó uno de esos refrescos de cola, pero el exceso de azúcar y abundante gas le chingó el hocico, y el pobre guerrero estuvo sacudiendo su boca, como si hubiera comido mucho picante.
Pasado el incidente, Silph se dispone a seguir viendo la TV. Observa en ella una diversidad de programas, de todos los gustos: telenovelas chafonas, infomerciales delictivos, noticieros con mucha desinformación (nota aparte: Silph no se sintió muy bien que digamos después de ver el "noticiero" de Ruíz-Healy), realitys shows sin sentido (sintió ganas de destruir el mundo después de ver las payasadas de New York y Tila Tequila), lucha libre al por mayor (le gustó mucho el del CMLL, no peló al WWF y se carcajeó con la AAA, considerándolo una "comedia"); pero no todo era estupideces, ahí vemos como Silph se rió mucho al ver "South Park", "Mis huéspedes", "La Chicharra", "Avatar", "Ensalada de Locos" y "La Carabina de Ambrosio"; como quién dice, algo ecléctico los gustos del militar galáctico.
Ya era muy de noche, y ya no había nada interesante en la telera, así que se dispuso a dormir en el sofá, sin embargo no podía, puesto que muchas cosas pasaban en su cabeza.

-A pesar de haber salido desde hace dos días, ya los estoy comenzando a extrañar- cavilaba Silph al tiempo que sacaba su tarjetero (así le llaman a los billeteros, sólo que en vez de billetes, tarjetas de identificación) para contemplar las fotos de sus camaradas. Había uno en dónde aparece con Hanna, su esposa, el día de su boda; otra con Benzor, su mejor amigo, cuando conquistaron un planeta equis; al ver ambas fotos, le entró nostalgia y se notó en sus ojos medio abiertos, luego, vió otra foto con sus demás amigos: Gakom, Gúma, Arstok, Bhork, Daner, Suflod y Mantión, cuando las fiestas del Año Nuevo Guerrero. Y así se la pasó durante algunas horas, viendo fotos y más fotos: una con Deft (el jefe del cuartel donde vive) cuando Silph fue nombrado como "guerrero del año", otra con sus hermanos cuando visitaron las tumbas de sus padres y una más, con Hanna, Benzor y Jindra (esposa de su mejor amigo) en un restaurant karaoke, en una sencilla fiesta de aniversario de bodas de los dos últimos. Pero sin duda, la foto que más le hizo recordar su "vacación" fue una dónde él carga a un niño, y ese pequeño es ni más ni menos que Paskalt, su único hijo; han de recordar ustedes que a pesar de su naturaleza agresiva, los guerreros no son tan malos como nos lo pintan las demás civilizaciones planetarias, y prueba de ello fue una lágrima que salió del ojo izquierdo de Silph cuando vió la foto donde aparece él con su promogénito. Después de ello, guardo la tarjetera y se recostó en el sofá, llorando silenciosamente.
Mientras tanto, en otro planeta, Arstok, quien es el líder del escuadrón al que pertenece Silph, andaba furioso; ya había matado a varios karvutantes (unos guerreros similares a jabalíes), pensando que tal él ese tipo se encontraba escondido entre ellos.
-¡VAS A VER SILPH!- gritó Arstok -¡Dónde quieras que te escondas, te encontraré, maldito cobarde! ¡CONMIGO NADIE SE METE PARA ARREBATARME EL LIDERAZGO DEL ESCUADRÓN!

(continuará)

2 comentarios:

Lucerita Asíntota dijo...

caramba!
Mr. patterson me puso a filosofar esta vez
¡espero la siguiente parte!! n.n

Juan Carlos dijo...

me agrado la parte de lareflexión sobre el plantena... ahora se pone buena la cosa