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miércoles, 27 de febrero de 2008

Estudio sobre Wolfgang



Se llama Wolfgang Patterson, tiene 36 años y es -como es obvio observar- un lobo karateka, sin embargo, no son las artes marciales su única virtud, también es un muy buen mago y tiene conocimientos sobre Historia, Filosofía y Política. Todo comenzó cuando el pequeño Wolfgang, nacido en Boston (USA) en 1903, fue absorbido por un extraño miniagujero negro al contar con 12 años durante una travesía con su familia en el Océano Atlántico; al despertar, tuvo que pasar por algunas experiencias para darse cuenta que se encontraba a miles de millones ¡DE AÑOS-LUZ! del planeta Tierra.
Durante su estancia en un planeta extraño, fue convertido en un lobo y así vagabundeó hasta encontrarse con una manada de lobos guerreros nómadas, quienes por azares del destino (es decir, sepa-la-bola) se convirtió en el rey licántropo. Así fue por un par de años, hasta que conoció a Concepción Gómez, una niña terrícola que igual fue absorbida por uno de esos que la astronomía llama "gusanos estelares" (o algo así), pero el joven rey, al indagar sobre la extraña niña de apariencia hispana, se dió cuenta que esa niña provenía del año ¡1985! (jejeje, cosas de la relatividad einstiana, supongo). Luego de varias peripecias, Wolfgang delegó la corona y se reunió con Concepción, para poder volver al planeta Tierra -no sin antes convertirse otra vez en humano-, y es así como gracias a un curioso grimorio, el adolescente ex-lobo regresó a nuestro planeta, para después encontrarse con la ciudad natal destruida de "Conchita" (su actual esposa): Ciudad de México, 22 de Septiembre de 1985.

Ultimadamente, he estado algo obsesionado con ese lobo: inteligente, simpático, padre de 2 hijos, feliz esposo de Conchita; sin embargo, al encontrarse aburrido (crisis adelantada de los 40's), decide volverse otra vez en el rey-lobo-mago-karateka...
Uta, se pelea con Bolta, discute con Batrak, es objeto de bromas por parte del general Elías y por accidente se convierte en el muñeco de peluche de Silph (no sean malpensados...).
Chín, ya mañana nos deben decir las comunidades, cuál me tocará a mi: ¿Hunukú, Yalcobá, Popolá, Ticuch o Kanxoc? Sepa...
Por lo pronto mejor le sigo con Wolfgang, a ver si no lo mandan al paredón por atreverse a robar una oveja (siendo rescatado burocráticamente por el Colibrí Mágico, vía Silph).

Nos vemos.

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