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martes, 23 de noviembre de 2010

La temporada prenavideña

Cuando finaliza el Día de la Revolución Mexicana, es cuando oficialmente da inicio a esa época que muchas personas toman en cuenta, ya sea para pensar en buenos deseos y propósitos (sabrá Potencia cuáles son hipócritas) como para tratar de ignorarlo por el consumismo y materialismo que -desafortunadamente- representa; si, mis caros & caras lectores, les estoy hablando de la Navidad.
¿Qué qué tanto opino de esta época? Bueno, pos que más que gustarme, me fascina; para qué andar con rodeos: estoy consciente de que la mayoría de las veces, cuando felicitamos a una persona o le damos amistad, casi siempre es por motivos más del "qué dirán", así como que tantos regalos, "santacloses", frostys, duendes, caramelos y otros productos consumistas hayan hecho olvidar el motivo principal de la Navidad (aunque aquí entre nos, los teólogos cristianos hicieron que el cumpleaños de Don Chucho fuera a su vez hacer olvidadizo las fiestas paganas del "cumpleaños" al Sol), pero a su favor podré decir de que (al menos en mi familia) no todos son gente así de endulzada con la Navidad, que harían cualquier cosa para felicitar y felicitar sin parar, para que una vez pasado el 6 de enero vuelvan a ser las mismas mierdas de personas que son.
A mi me gusta la Navidad, siento que el hecho de que haya luces en casi todas partes, ambientes de fiestas a cada rato y los días fríos y nublados (gracias a los frentes fríos) hace de esta época mi mejor temporada del año (junto con Semana Santa, Verano y Expo-Feria).
Que venga entonces la temporada navideña 2010.

PD: El título de este post se debe a que la prenavidad abarca desde el 21 de noviembre, hasta el 24 de diciembre; del 25 al 31 es la temporada navideña en sí y del 1 al 6 de enero, la etapa post-navideña.

 Santa Claus (o sea, San Nicolás), en una versión muy mía hecho en diciembre del 2003.

2 comentarios:

Raisa Pérez dijo...

La verdad es que coincido contigo.
Antes, las Navidades me emocionaban muchísimo, ahora me da igual. Lo úncio bueno es la comida. La celebración, en esencia, ha perdido mucho con el paso de los años.

Ernesto R. (Choms) dijo...

En grandes ciudades ya se volvio demasiado comercial, a mi me gusta por el ponche y esas cosas, jeje