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miércoles, 1 de octubre de 2008

La Carnicería de don Gustavo

Hace tiempo, cuando estaba revisando libros en la biblioteca de mi escuela para investigar sobre banderas históricas de México, me topé con uno algo antiguo; tenía muchas cosas sobre los símbolos patrios, uno de ellos eran relatos y breves obras teatrales para las primarias con tal de reforzar los sentimientos patrios (dicen), uno me llamó la atención, no sé como se llamaba pero la trama era más o menos así: era la historia de una familia con dos hijos -un niño y un joven-, el niño fue llevado de excursión escolar a la capital del país (la trama se desarrolla en un pueblo perdido del centro del país) y al regresar, le cuenta a sus papis sobre lo maravilloso que es la ciudad capital (Mexico City) y lo mejor fue presenciar la bandera monumental en el Zócalo, hasta aquí la ingenuidad patriotera del cuento, por el otro lado estaba el muchacho, quien por razones que no explica la susodicha obra, tiene una repulsión hacia el lábaro patrio (llamado por él "pedazo de tela" -y cómo no ¿a poco nuestra bandera está hecha de cemento, de espuma o de queso?-), pero bueno, el caso es que el jovencito es perseguido luego-luego por los pobladores y refugiándose en la casa familiar, para ser sacado de ahí por la policía y al día siguiente ser fusilado ¿su delito? agarrar la banderita mexicana de un niño y tirarlo al suelo; ya sé que se tiene que respetar los símbolos patrios y darle su merecido al que no lo haga, pero matar a un joven sólo por dejar tirar una banderita (supongo que ha de haber sido de papel) es ya una burda exageración patriotera (por no decir pendejada chovinista), el final es sublimente mamón: el joven, ya en el paredón, de repente se arrepiente de haber "ofendido" a la Bandera y luego un soldado -como si fuera Dios o algún ente poderoso y ficticio- le dice que "La Patria te perdona por todo lo malo que le haz hecho"...
Todo esto lo escribo porque mañana se recordará no sólo un año más, sino ya 40 años del gran y espantoso crimen que se haya perpetrado contra la Patria en la Historia moderna de México: la carnicera de estudiantes, obreros, amas de casa y demás gente civil a manos de la dictadura diazordacista en la Plaza de Tlatelolco, la tristemente famosa "Matanza de Tlatelolco". En esa época, la Patria Mexicana no era la gente común y corriente, eran los poderosos que regían prácticamente todo el país: El presidente, el partido oficial (PRI), el congreso, los policías, granaderos, el Ejército y otros. Cualquier reclamo o mentada bien merecida hacia algunos de ellos era visto como una ofensa a México, producto de ideas exóticas antinacionales y se reprimía la disidencia con el cuento jurídico de "disolución social"; si bien antes de Díaz Ordaz ya había manifestaciones que siempre terminaban en represiones y encarcelamientos (Ferrocarrileros y médicos sobre todo) no fue sino hasta 1968, cuando la dictadura oficialista (PRI-Gobierno) acabó con lujo de violencia y saña las esperanzas democráticas no sólo de los universitarios, sino también de todo un pueblo requeteharto de las transas y corrupciones de esa autocracia priísta. En su momento, hubieron algunos que estaban a favor de las payasadas y barbaridades de Gustavito, hasta el grado de aplaudir el cruel asesinato de personas en la Plaza de las Tres Culturas. Todavía, existen varios que les gusta la comodidad de no tener y entender su propio pasado y por eso andan por ahí, diciendo o escribiendo, que la acción del hocicón presidencial con respecto al movimiento del '68 fue la correcta; no por nada y muy probablemente, son los mismos que aplaudieron el fraude del 2006, los mismos que querían reprimir -al estilo del gorila poblano- las consecuentes protestas del Peje en contra del citado fraude, sin importar que hubieran niños y mujeres en el Paseo Reforma, los mismos que lloraban porque habían "secuestrado" el Congreso por parte de los "rijosos" perredistas y los mismos que piensan que FeCal es el "presidente legítimo y legal de todos los mexicanos"...
Triste, pero así es...

En fin, lo que sí quiero enfatizar es que -dicho de una manera positiva y ya para cerrar- la Democracia de nuestro país la hacemos todos juntos, porque al fin y al cabo nosotros somos la PATRIA; la patria no son el gobierno (porque su deber es servir a nosotros, se supone, claro...), no son la policía, el ejército y la marina (la misma tarea que el gobierno, bueno, también se supone...), y tampoco son los símbolos patrios (porque hay que recalcar, su nombre lo dice todo: son símbolos y nada más, es justo respetarlos, pero hasta ahí). Porque al fin y al cabo:
LA PATRIA SOMOS LOS MEXICANOS.

DOS DE OCTUBRE
¡NO SE OLVIDA!

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