Han pasado ya casi cuatro años desde aquella mañana del lunes 21 de agosto del 2006, cuando 25 jovenazos (incluyéndome), casi desconocidos entre todos, nos iniciamos en una aventura profesional: la Educación Superior a través de la Licenciatura en Educación Primaria (maestros, puesn); durante estos pocos pero significativos años, aprendimos a convivir con sinpares personas de diferentes gustos y disgustos, pero que a través de este lapso logramos aceptarnos mutuamente (o por lo menos, tolerarlos), y así compartimos risas, llantos, estrés, ayudas, sinsabores, pesares, alegrías, aburriciones y un largo y largo etcétera.
Vimos con ansiedad cuando nos tocaban "X" o "Y" comunidad para nuestras prácticas, y ver con quiénes nos tocaban, si era con nuestro amigocho del alma o era el pan-sin-sal con lo que debíamos de soportar; las noches en vela, ¡ay! cuando por hacer materiales didácticos, redactar un plan de clase o aunque sea un mísero control de lectura, ah, pero eso sí, cuando de antrear o festejar las fiestas patrias, el Halloween, la Navidad o algún cumpleaños, eso sí: hasta que el cuerpo aguante, ñaca-ñaca...
Los viajes, ya sea desde alguna comunidad cercana al núcleo urbano de Valladolid, como Tekom, Chichimilá, Tahmuy, Yalcobá, Kanxoc o Uayma, sea que nomás para ir a la práctica en un piso-y-corro que duraba de las 6:30 AM hasta las 3:00 PM, hasta las dormidas en algunos pueblitos (sobre todo en el primer semestre), ¿y fuera de Valladolid? Híjole, desde la visita a Mérida para visitar la Sínfonica del estado para la clase de Artísticas o al CAIMEDE para las lecciones de Necesidades Educativas, pasando por las rutas yucatecas de las Haciendas, Puuc y Conventos, y claro, el viaje a Tabasco y Chiapas (donde descubrí el siniestro plan de la Muñeca Diabólica, muajajajaj...), sin olvidar, plis, viajes extras como la fiesta tradicional de Nabalám (pueblo cercano a Tizimín), la Riviera Maya (arruinado por una tormenta tropical), a Tulum o para sustituir a maestros por órdenes "superiores" (sí, chucha).
Hubo también sinsabores de todo tipo, desde la muerte de algún ser querido, hasta la malicia de los taxistas foráneos, pasando por una estúpida baja de un ex-camarada, hasta cosas que al final resultaron de risa loca, como saber planear para escuelas multigrados.
Actividades hubieron muchas, como los cantos, bailables y representaciones teatrales en Artísticas, maratones de ejercicios en Educación Física, maquetas multigrados, exposiciones públicas, y películas como "El Octavo Día", "Al Maestro con Cariño", "El Profe", "Cabeza de Vaca", "Apocalypto", "La Lengua de las Mariposas", y hasta "El Gato de la Sierra", entre otros. Y por supuesto, asistir a cosas que van desde lo divertidamente interesante, como una conferencia sobre la Santa Cruz de Xocén, hasta aburridotas padres como la que nos recetaba Javier López Sánchez (no confundirlo con Xavier López, "Chabelo")...
Ahora, hoy que estamos a viernes 16 de julio del 2010, a las 3:00 PM, se da por clausurado oficialmente mi vida normalista, para dar por iniciado una nueva etapa no solo en mis crónicas personales, sino también en la de los otros 25; ahora es momento de responsabilizarnos ante un desafío frente a las personas: la educación. Bien dice el dicho que leí en la habitación de un camarada al iniciar esta aventura: "Los errores de los doctores están 3 metros bajo tierra, los errores de los abogados están en las cárceles, los errores de los maestros andan sueltos en las calles". Ahora tenemos la carga sublime de que las personas que caminen en el mundo exterior tengan la inteligencia suficiente para pensar y analizar por su propia cuenta; sin embargo, no hay que olvidar que haría que esperar treinta-y-tantos años para ver los resultados de esta generación: unos seguirán siendo maestros (si son de calidad, mejor), otros posiblemente tendrán nuevas aventuras totalmente distintas al magisterio (no lo digo tanto por mí, hay egresados de la Normal de Valladolid que terminaron en otros asuntos, como el jefe de una agencia de viajes o un sacerdote involucrado en la Arquidiócesis de Yucatán), pero al fin y al cabo, lo que se mantendrán no es solamente el título de la licenciatura, sino los recuerdos de cuatro años en la escuela normal.
¡ENHORABUENA CAMARADAS! ¡Ahora es tiempo de poner en práctica nuestra educación!
¡Gracias!
¡Felicidades! Y buen inicio de la nueva etapa en tu vida.
ResponderEliminarBien dicho Pablo, y recuerda que lo que haz vivido en la universidad, es sólo una mínima parte de lo que será tu vida, principalmente tus recuerdos estarán en cómo vivas lo que viene, que será intenso y divertido ¡¡toda una aventura!!, porque podrás ejercer en lo que te gusta ¿y porqué no? dedicarle el tiempo que tu desees a las ilustraciones que ya hemos tenido el gusto de conocerte :D
ResponderEliminarFelicidades y éxito en lo que viene teacher
ResponderEliminarFelicidades, ya empezarás nuevas cosas :D
ResponderEliminardicen que el chapo gusman tiene un titulo de la normalista,...
ResponderEliminarY el CHAPO GUZMAN, tendra estudios?
ResponderEliminar@Ego: gracias, se hará lo mejor de sí mismo.
ResponderEliminar@Gabriel Cruz: Pos claro, no por nada, en la fiesta de graduación, nos decían que ahora es momento de otra universidad, la de la vida...
@**Lucerita-Asintota**: Gracias, gracias...
@Choms: Eso espero y deseo :)
@El Xhabyra: ¿El Chapo Guzmán? ¿maestro normalista? Da miedo, quisiera saber las fuentes de la información...
:S