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jueves, 29 de octubre de 2009

Spooky Cartoons

Como ya estamos en temporadas de terror, espantos y embrujos al por mayor (sí, eso incluye también los nuevos putos e innecesarios impuestos "gracias" a nuestros "H." diputados), he decidido tratar de advertirles de la aparición de estos engendros de la naturaleza, los cuales aprovecharán los tiempos de finados para cometer sus fechorías y sandeces. Helos aquí:


Silphenstein: un horripilante muchacho guerrero hecho de las partes corporales de otros soldados caídos en batalla. La historia de su nacimiento -si es que lícito llamarlo así- es más que macabrona: su creador, el Dr. Paul Silphenstein, no tenía nada que hacer un buen día, así que con la ayuda de su fiel ayudante, Spunkigor, decidí recorrer astro por astro, galaxia por galaxia, para recopilar y crear el guerrero perfecto. Cuando por fin obtuvo la vida, el monstruo del doctor se dedicó a invadir planetas, embriagarse y dormirse en los sofás de empleaduchos incautos. Hasta el momento se desconoce su paradero, pero según me contó Herbie (el sacerdote de Sirio B reencarnado en el niño hippie que tengo de vecino), se sospecha que está por entrar a trabajar en Televisa, como analista de "Tercer Grado" ¡AGUAS!


El Auténtico Hombre-Lobo: a diferencia de los otros hombres-lobos (que más bien parecen hombres-linces u hombres-glotón), este señor se caracteriza por ser un humano amable, bonachón y justiciero, pero claro, igual pasa cuando se convierte en un licántropo; la diferencia radica en que en algunas ocasiones, cuando hay algún villano más poderoso que él a quien enfrentar, se toma una droga líquida sabor frambuesa (patente pendiente) y así, logra incrementar su musculatura y su pelaje (al menos de la cintura para arriba) y adquirir de esta forma poderes superfantásticos. Lo malo es que cuando llega a casa, sigue siendo el vil monstruo que es, pero su esposa no se queja: es mucho mejor así en la cama...
Viéndolo en retrospectiva, además de ser Hombre-Lobo, sería una especie de Jekyll/Hyde (o mejor dicho, Maese Patterson y Sr. Wolf).


El Vampiro de ¡¿QUÉ?!: Sí pues, ¿No se supone que debías ser un vampiro?
Elías: -Oh pues, ¿qué no has visto o leído "Crepúsculo"?-
Narrador: -Esa cosa dizque vampiresca, ¡zafo!-
Elías: -Mjmm, así son los vampiros del siglo XXI: tiernos, cariñosos y sin colmillos. Además, sabes que soy mil veces más guapo y sexy que ese tal Edward Cullen (o como coño se escriba)-.
Narrador: ¬¬'

PD: Nunca he leído ni una línea del libro ni un minuto de la película, en serio...


Así que ya lo saben, sobre advertencia no hay engaño ¿OK? Ahora será mejor irme antes de toparme con las santas ánimas y a ver si me regalan una vela (es que luego-luego, se convierte en un fémur).

¡Feliz Noche de Brujas!


4 comentarios:

Sergio dijo...

Lo de los impuestos y el hacerme pensar en Crepúsculo sí me asusta. Le tengo mucho más miedo a los vivos que a los muertos..
Pensaba hacer algo especial en Noche de Brujas para mi blog, pero siento que sería redundante.. veré si se me ocurre algo.

ge zeta dijo...

Jajajá- Yo leí el libro y no es tan malo. Digo, hay peores.

Igualmente! Felices fistas raras. Agringadas.

Saludos.

Saline dijo...

Mmmm, quiero un auténtico hombre-lobo (soy un pervertido y qué)

Y no leas crepúsculo, esa cosa es del diablo.

Raisa Pérez dijo...

Ay me encantan estas fechas, y me encantaron tus cartones.
(= Felices comidas de altares!