Jamás
pensé que iba a llegar este día, el día en que Silph (el protagonista de mi
cómic “Guerreros Espaciales”) cumpliera 10 años de haberlo creado. Desde
aquella fría mañana del 2003 en un salón de la preparatoria donde estudié hasta
hoy, el guerrero colmilludo ha pasado por un sinfín de historias, unas
mejoradas, otras descartadas, y aunque apareció públicamente en el 2007 con el
(extinto) blog “La Hora Nanis”, no fue sino hasta principios del 2011 cuando
debutó de una de las formas más aceptables para un personaje de ese calibre: el
webcómic. Pero pues, vayamos al grano.
Como
cualquier persona, dibujaba de todo un poco desde que era niño, no tanto pero
pues algo; sin embargo, no fue sino hasta 5° de primaria cuando creé mis primeros
personajes de cómics, que al principio estaban basados en mis compañeros y
amigos del salón, pero no fue sino hasta cursar el 6° grado cuando les di
personalidad propia y además creé muchos más personajes. Los diseños de muchos
de ellos eran casi una copia de los protagonistas de series animadas tan
populares en aquella época como “The Angry Beavers” y “Rocko’s Modern Life”, de hecho, la primera
mitad de 1998 fue bastante productivo en cuanto a mis dibujos, pero tenía que
pasar lo inevitable: me gradué de la primaria y el ambiente en la secundaria
era otro, y pues después de unos días de intentar dibujar, caí en la cuenta que
ya lo debía de dejar, y así sucedió…
Por
lo general, mis años en la secundaria fueron bastante bien, y algo friki puesto
que fueron en esos tiempos en que era súper fan de “Pokémon”, pero todo ello repercutió
negativamente en el dibujo: ya casi no me gustaba dibujar e incluso consideraba
que eso era para “niños”, gravísimo error. Y pues bueno, otro cambio en la
vida: de la secundaria a la preparatoria; fue algo difícil (y otros asuntos que
no pienso ventilar por ciertas razones) pero en cuanto al asunto moneril fue lo
contrario. Ya en las últimas semanas del 2001, retomé vagamente mis antiguas caricaturas
e incluso agregué un nuevo personaje, cuyo diseño me basé en mi pokemón favorito, y en el primer semestre de la prepa estuve pensando si retomar o no
la comiqueada, hasta que en la madrugada del primer día del 2002, después de la
fiesta de Año Nuevo, decidí volver a dibujar. Durante los dos primeros años de
la prepa, dibujaba y dibujada constantemente, en horas libres o en algún
momento aburrido de la clase, pero ya en el quinto semestre (o sea, tercer grado), al
estar en un salón donde habían dos amigas que dibujaban requetebién, fue donde me
sentí como pez en el agua, y aproveché igual para dibujar un personaje que para
ese entonces ya tenía tiempo de cocinarlo mentalmente, que tendría aventuras en
el espacio sideral siendo un guerrero o algo así; ya después de esta
introducción algo pesada (lo sé, lo siento), es ahí donde entra el cómo “nació”
Silph.
Todo
inició en el otoño del 2002, fue para un viaje de excursión a Chichén-Itzá para
una clase de Historia en la prepa (no recuerdo si fue antes o después, pero el
caso es que fue en ese contexto); para ese momento, ya había rescatado del
olvido a mis primeras historias de cómics pero agregándole más personajes, y
así de la nada, recordé cuando en la secundaria pasaban varias películas de
Dragon Ball Z en el canal 5 de Televisa; no era muy fan de esa popular saga,
pero al menos me gustaba (mejor dicho, me gustan) sus historias, pero había una que me llamó
demasiado la atención: “Bardock, El
padre de Gokú” (Creo que por el título se entiende de qué trata el asunto, pero
por si las moscas, lean en Wikipedia); esa película (que en realidad era un especial para la televisión) tenía algunas cosas que estaban muy
bien para una historia, como soldados galácticos, batallas en otros planetas, o
sea, combinaba aventuras bélicas con el espacio exterior (amén de que allá
mostraban que los saiyans no eran tan malvados después de todo), y para mí es
algo chistoso que un corto especial para la televisión del ánime más famoso del
mundo haya logrado captar mi atención más que sagas espaciales mucho más famosas como
“Star Wars”, “Star Trek” y demás (lo siento y ni modos).
Recordando
ese telefilme, caí en la cuenta que la historia se prestaba para hacer una
especie de precuela de Dragon Ball, enfocados en los agresivos saiyans, pero al
notar que tal vez jamás iba a ocurrir la existencia de una serie enfocada en
esos guerreros espaciales (y a pesar de Dragon Ball Minus, no creo que se les ocurra hacer esa esperada secuela. Nota del 2021), aproveché que dibujaba cómics para
crear a mis guerreros espaciales; para iniciar, no serían los mismos saiyans,
sino quería que fuesen personajes de creación propia, pero ¿cómo sería la
historia? ¿el personaje principal? ¿qué elementos debía de tener?
Para
demostrar una independencia de la obra de Toriyama-sama,
el personaje principal tendría que ser otro tipo de especie, así que hurgando
en los diseños de los personajes de mis cómics, tomé como base la apariencia de
un cocodrilo musculoso (de hecho, a su vez, basado en el pokemon Machoke del que les
hablé líneas arriba), y me dije “Me gusta, casi siempre dibujo cocodrilos
musculosos, y pues además los colmillos le dará una apariencia feroz”, y la
historia no iba a ser muy difícil: El protagonista era un niño –llamado Milos-
que vivía en una aldea de un planeta equis, pero de repente llegan invasores
del espacio exterior, matan a los adultos y los niños son llevados como
prisioneros de guerra, ahí son entrenados contra su voluntad como soldados del
ejército invasor, años después, el ya adulto Milos comanda una rebelión contra
los malvados que mataron a su familia, lo derrocan y los pueblos liberados
proclaman a él como su nuevo rey, pero lo rechaza y vuelve a su planeta donde
forma una familia y acaba siendo un campesino feliz contando a sus hijos sus
aventuras como guerrero espacial. Sí, muy bonita la historia y eso, pero (nunca
faltan los peros) después de un par de meses, lo rechacé por ser muy predecible, amén de estar llenos de clichés.
Poco tiempo después, ya en la primavera del 2003, decidí retomar a Milos, el
guerrero cocodrilo y lo hice capitán de un super escuadrón galáctico algo furry, puesto que estaba conformado por un jaguar negro, un lobo, un toro
y un águila (claro, antropomorfizados); la idea estaba basada pobremente en el
videojuego “Star Fox”, y digo pobremente
puesto que nunca lo había jugado, pero me sabía la historia por oídas de mi
hermano y sus amigos; esa historia creo que no duró ni un mes, puesto que no me
convenció del todo.
Y
así, estaba piense y piense sobre qué hacer con ese cocodrilo musculoso: el
nombre de “Milos” se me hizo ya algo soso y lo cambié por “Silph” en honor a la
compañía fabricante de Saffron City en Pokémon, le había agregado orejas para
un eventual uso de aretes con poderes o algo así, total, “Un cocodrilo con
orejas humanas se justifica porque es un alienígena, goei”, la armadura iba a
ser como los usados por los saiyans en Dragon Ball Z aunque algo minimalista y
le agregué un paliacate al cuello, eso después de observar detenidamente la
caja de un cereal cuya mascota es un conocido tigre. Comencé a “bocetar” cómo se
podría ver un personaje con las características antes mencionadas, mas no pude
hacerlo como yo lo esperaba (la verdad, ni yo mismo lo sé, probablemente sea
por el diseño de la armadura, no quería que fuese tan parecido), pero un día me
arriesgué y decidí crear a ese tal “Silph” con el diseño que debía tener. Ya tenía
casi un año de haber concebido la idea de un guerrero espacial y ese momento
debía de llegar, y llegó: el jueves 9 de octubre del 2003, siendo las 7:35 AM,
durante la clase de Derecho I, en el salón del 3° “C” de la Escuela Preparatoria
“Valladolid” A.C., Silph "apareció" oficialmente de cuerpo entero en una hoja de
mi libreta de la asignatura mencionada. Sentí que por fin se me quitó un peso de encima y que de
ahora en adelante iba a tener una nueva historia que contar.
He aquí la primera vez que "Silph" apareció.
Uno de los bocetos de proto-Silph.
Proto-Silph son las orejas y el paliacate que los caracterizará.
Silph en sus inicios, tanto a lápiz como a color, nótese los colores que tenía antes.
Velada amenaza en sus primeros tiempos.
En
un principio, la historia de Silph era algo oscura, muy oscura: las batallas
que me imaginaba eran demasiado sangrientas, se apelaba al honor y esas cosas
que hoy los recuerdo medio cursilones, y tenían un sistema social muy frío a
tal grado que los bebés telcroneses (no los llamé así sino hasta mucho tiempo
después, ya cuando estaba el webcómic) nacían directamente de probetas. La
historia era algo predecible que la de Milos pero esta sí tenía algo de
aventuras: Silph era un soldado de clase baja que detestaba serlo y no
comprendía la grandeza de su raza y todos se molestaban con él por sus
opiniones, pero en sueños se le aparece su fallecido padre –Rhaber- y le reprocha esa
conducta desinteresada, se escapa de su planeta y vive muchas aventuras durante
siete años, a los cuales regresa ya convencido de ser un guerrero; años
después, el rey de su planeta se alía con un emperador de otro planeta, pero
traiciona a los (proto)telcroneses y los extermina, sobreviviendo Silph y unos
cuantos amigos; como refugiados, se entrenan para poder derrotar al malvado
emperador, atacan y sus amigos mueren en la batalla final, quedando sólo Silph
y el emperador, en donde después de pelear, logra matar al genocida monarca
pero nuestro héroe –debido a sus heridas- fallece luego, para terminar con una
apoteosis en el paraíso guerrero. Leo eso y me digo “Verga ¿en qué carajos estaba
pensando en esa época?”, pero bueno, al menos esa era la historia base.
Claaaaro campeón...
En un principio, Silph tenía sólo dos amigos: Mantión y un señor de pantalón azul llamado Zartre, a quien vemos burlándose (creo) de Silph después de una cruenta batalla.
¿Me creerán si antes tenía un mensaje dizque antibélico?
Conforme
pasaba el tiempo, veía qué partes de la historia se debía de quitar, agregar,
mejorar, etc.; el 2004 fue en cierta forma rico en detalles, como sus amigos
(Arstok fue creado en esa época), la jerarquía militar, poner a Silph como un
excelente espadachín y tener una historia bien definida, pero tenía ciertos
problemas que no se solucionarían sino hasta mucho tiempo después, el caso más
sonado para mí fue la apariencia de las mujeres, el cual no estaba muy
convencido sobre cómo debían de aparecer, en el 2005 hice un intento pero más
que cocodrilas eran unas gatas (total, “es dimorfismo sexual, por eso los
hombres son como cocodrilos y las mujeres son gatitas, goei"), pero ya un par de
años después cuando intenté hacerlo como ya cocodrilas con orejas y contra los
pronósticos negativos, me gustaron; es por eso que Hanna y las otras guerreras
no aparecerán sino hasta finalizando la década de los 2000’s. Un aspecto que me
gustaba poner era hacer más detallado los ojos de los guerreros telcroneses,
afortunadamente el primer intento (a principios del 2005) fue un éxito y así se
ha mantenido hasta la actualidad.
Primer retrato conocido de Arstok (2004).
Primer dibujo de Silph con los ojos ya detallados.
Durante
ese lapso del 2005-2006 la historia de Silph se mantuvo con ciertos cambios,
como quitarle la espada, agregar más guerreros telcroneses, como Benzor (su
mejor amigo), Gúma, Mantión, e incluso otros tipos de personajes, como el
Colibrí Mágico (el ayudante de Silph durante sus aventuras interplanetarias), y
modificar el color de su físico, pasando de ser un hombre blanco con cabello
negro y ojos azules a uno moreno de pelo castaño y ojos verdes. Sin embargo, en
un domingo de agosto del 2006 (justo un día antes de entrar a la Normal), por
mera casualidad, prendí la TV y veía que se estaba por pasar una película de
Dragon Ball Z, me dije “vamos a ver cuál será” y grande fue mi sorpresa cuando
de trató de “Bardock, El padre de Gokú”,
después de más de 5 años de no verlo; hasta antes de esa mañana, mis recuerdos
sobre ese especial eran ya algo vagas, casi no me acordaba de muchas cosas,
pero verlo significó un replanteamiento de la historia, fue ahí donde aligeré y
veía cómo debía ser la historia.
Silph cuando era amigocho del Colibrí Mágico
Cartón donde aparece por primera vez Benzor (2005). Ah, no le hagan caso al hocico fantasma.
Pobre Silph, su único amigo en el exilio era el Colibrí Mágico.
Noten como en el transcurso de un año, la armadura tiene ligeros cambios.
Cuando por fin tuve el valor de dibujar a una hembra de su apariencia, le di a Silph una deuda que tenía desde el 2004: su esposa Hanna.
En los primeros meses del 2007, el cambio fue
muy radical: que el planeta donde vivía Silph estaba conformado por dos reinos
y que estaba en guerra desde hacía siglos, que en una batalla en el polo norte
Silph y Benzor son los últimos soldados de sus regimientos y después hacen las
paces y hacen todo lo posible por unificar ambos reinos. La historia no duró
mucho tiempo afortunadamente y me di a la tarea de volver replantear muchos
aspectos: cambie un poco el diseño de las armaduras y le puse el color
esmeralda con amarillo (antes eran grises con negro), por fin dibujé a las
guerreras telcronesas, puse más guerreros como Gakom, Hanna, Kazbej, Daner,
etc., así como comenzar a abandonar la idea de una historia en concreto y
simplemente hacer que tenga aventuras diversas. El 2007 fue un año de reacomodo
en sus historias, puesto que además creé a personajes humanos y de otros
planetas que a la larga se unirían a las andanzas de Silph. En esa época
aparecen Carmen y Wolf iniciando como niños que se encuentran en un planeta
lejano después de tragedias de los cuales se salvan gracias a poderes mágicos,
a Elías como un guerrero serio de origen humano con la capacidad de convertirse
en dragón, y para fines de ese año, al capitán Butch, producto de un momento de
aburrición durante una fiesta familiar en Cancún después de leer notas
periodísticas sobre los Patriotas de Nueva Inglaterra, para ser más exacto, luego de ver la mascota de dicho equipo de la NFL. (Otros que aparecieron posteriormente fueron el capitán Tamik, un castor pirata que gracias a él comencé a ser fan de esos animalitos leñadores; Kenji, Dorff y Bujías, los compañeros de Elías en el club nocturno; Edith, la novia politizada de Elías, y Paskalt, el primogénito de Silph y Hanna, así como les hijes de los camaradas del héroe con paliacate. Sin embargo a lo largo de los años tuve que prescindir de don Wolfgang y su familia al notar la falta de química entre ellos y los guerreros Silph y Elías. Nota del 2021).
Personajes para una historia que nunca vio la luz, nótese que a la izquierda pueden observar un personaje muy parecido a Elías.
En un principio, Elías se transformaba en un dragón y era rey en un planeta lejano.
Claro, también era mago...
Sin embargo, por cosas del destino, decidí que en vez de un dragón, fuese un mono.
Elías en aquellos tiempos (2007).
Primera aparición de la familia Patterson Gómez (y Elías, pobre, no tiene familia).
Primer dibujo del capitán Butch, cuando se llamaba "capitán Jeremías" (nunca supe por qué le había puesto un nombre terrícola).
Capitán Butch en sus inicios, casi no ha cambiado.
Primer dibujo donde aparece don Hormisdas, el jefe de Elías, debió ser allá a fines del 2007 o principios del 2008.
La primera aparición de Carmen fue como niña, acá discutiendo con su hermano mayor.
El primer dibujo de Rudy, el veterinario de "Los Animalitos Mamones".
La primera vez que Silph apareció en internet (al menos, de manera oficial) fue en esta entrada del blog, en septiembre del 2007
Y pues bueno, del 2007 hasta hoy, ustedes ya habrán
visto cómo ha sido la evolución de Silph y sus amigos, gracias primero al blog
y luego al webcómic; digamos que cuando todavía subía cartones y dibujos
sueltos, eran como una especie de preparativo para ser lanzado en forma de
cómic, cosa que como sabemos, se logró. Revisando, noto que tanto Silph como
Elías tuvieron un proceso de flanderización, lo cual lejos de quejarme, lo
agradezco tanto porque permitió meterle algo de humor y dejar de lado un
discurso guerrero que era más ridículo que heróico. Aun cuando ya debutaron en
la escena comiquera desde febrero del 2011, siguen en un proceso de
transformación, no sólo por el diseño de los personajes, sino también por el
manejo de ciertas historias, quién sabe, puede que se flandericen aún más o tal
vez regresen a sus orígenes oscuros, no lo sé; por mi parte, lo que importa es
que siga dibujando a Silph y Elías, no seré un dibujante decente pero me gusta
hacerlo, y si a ustedes les gusta esas historias que publico los lunes y jueves,
se agradece enormemente, y pues, a seguir dibujando.
¿A poco no estaría chido una máquina expendedora así?
Aunque no me lo crean, esta escena no es de una batalla, sino de un terremoto.
Acción poética telcronés.
Un abrazo.
P.C.
Mi estimado, ¡felicidades por estos 10 años con Silph, vaya que es una buena cifra y en efecto es como er crecer a un hijo. Hoy se vale ponerse loco y alcoholizado para celebrar :-)
ResponderEliminarhola pablo: felicidades y no dejes de dibujar.
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