Ya estaba soñando paseando en una bicicleta mientras había una pantalla de televisor disparando con un AK-47 a un McDonald's lleno de monjas y lamas tibetanos cuando de repente me paran dos misteriosos hombres de negro, pidiéndome mi identificación y dinero en efectivo (para ser exactos, unos US$ 500,000).
-Perdón señores, pero no tengo ese dinero-
-Ah no, tendrás que pagar derechos de autor y a la fregada-
-¿derechos de autor?¿y por qué?- le dije.
-Ah, puta, ¿parece poco? anoche soñaste con un Pikachu ¡UN PIKACHU!- me gritó el cabrón.
-Sí ¿Y? ¿qué? fue sólo un sueño-
-Pues aunque haya sido un sueño, involucraste en una de tus historias a un personaje ajeno y deberás pagar derechos de autor-
La discusión fue de tal manera que luego me metieron a la cárcel y ahí aprendí a tocar el contrabajo (en vez de la tradicional harmónica) hasta que me desperté, pero ahí no termina todo; al acercarme a una mesa que está en mi cuarto, noté una misteriosa hoja que decía:
Estimado C. Profr. Pablo Cabañas, de Yucatán, México.
Se le informa de la manera más atenta que por favor, no lucre con la creatividad de otras gentes, o si no será remitido a la Isla de García Espósito por violar los más elementales derechos de autor y de propiedad intelectual.
Atentamente.
Policía Interpsíquica del Copyright.
Y es que claro, resulta -lo supe por paranormales medios- que esa organización (similar a la Interpol) se dedica a viajar de sueño en sueño, para checar que la gente no esté poniendo personajes y situaciones creados por otros, y en el dado caso de que incurran en eso, deberán ser sancionadas desde una típica multa hasta el aniquilamiento total. Cuando estuve platicando con mi vecina, Madame Merryl, me explicó que a un chavo de Austin, Texas lo remitieron a la Isla G. E. por haber soñado un "capítulo" propio de Los Simpsons y que a una chica de Buenos Aires, Argentina la desaparecieron por atreverse a soñar una situación yaoi entre Sasuke (Naruto) y Randy Marsh (South Park). Y además, no estoy para contarlo ni ustedes para saberlo, pero da la mera casualidad que un chico de Cartagena, Colombia lo multaron por que en su sueño se apareció Silph (¡Sí, mi Silph, el que creé!) como espectador en una lucha de mujeres en lodo.
Lo más raro del asunto, es que esa mentada policía dice que está para evitar el lucro de personajes ajenos, pero yo me pregunto ¿desde cuando tiene un costo económico un simple sueño? Han sido muchas las veces que he preguntado a esos hombres misteriosos de la Policía del Copyright, pero siempre es una de estas respuestas: "No soy yo, soy tú", "¿Quién eres?" y "Vete a la pupila".
En fin, tengan cuidado con lo que sueñen.
Es de verdad eso de que saben lo que sueñas?? o es mentira?? es que no te entendí mucho
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