Calenturiento

No, no sean malpensados, calenturiento sí estuve pero no por motivos orgásmicos-sexuales, sino de índole médicos y es que todo inició apenas la madrugada del pasado 11 de noviembre, cuando me dí cuenta que el aire estaba más frío de lo normal (en parte por el descenso natural de temperatura, en parte por el minisplit dejado prendido hasta que mi hermano se fue a dormir) y no conforme con eso, sentía que el ventilador de mi hermanito estaba un poco fuerte y casi me llegaba a mi, y claro sentí como estaba un poco más caliente en mi cuerpo y me dolía un poco la barriga (eso sí fue culpa mía porque estuve dormido con la almohada muy pegada al vientre), no le dí importancia hasta la mañana siguiente, cuando al estar en la primaria sentí cuerpo cortado y un poco caliente, pasó todo el día tratando de aguantar todo esto hasta que al llegar a casa, de inmediato me dispuse a dormir y fue ahí cuando toda esperanza se desmoronó: bastante caliente, con dolores de cabeza y un cansancio extremo. Un par de horas después, sólo tuve las fuerzas necesarias para acabar con el diario de clase, ver los materiales didácticos restantes para ser entregados a mi asesor, bañarme y un par de cosas más (como revisar internet, jijijij...); después de eso pensé que lo peor ya había pasado ¡Oh ingenuote que soy! como a eso de las cinco de la tarde, que me vuelvo a acostarme y permanezco así, todo el tiempo; esta vez, nomás tenía las fuerzas suficiente para agarrar el control remoto y ver partes de un documental sobre la Revolución Sexual en VH1, pero luego-luego que llega mi mamá -después de recoger a mi hermanito del bachillerato- y después de la típica inspección familiar, sabe horrorizada que estoy mucho más caliente que al mediodía, así que me llevan a urgencias en el ISSSTE y además de pastillas, que me ponen una inyección en las partes traseras de mi cuerpo.
Hoy amanecí un poco bien, pero déjenme decirles que lo de ayer me preocupo hartamente, y es que temía que fuera dengue o la influenza mexicana (la AH1N1), pero afortunadamente se descartaron ambos (sobre todo porque ni siquiera tosía, moqueaba o estornudaba fuera de lo normal), pero lo que sí me sacó de onda fue que debido a esas posibilidades, temía una repetición de mis prácticas (o peor: mi baja temporal de la Norma), ahí les explico: como somos practicantes del cuarto año, no nos conviene faltar a clases... bueno, eso es algo obvio, pero esto aplica hasta para enfermedades, así que tenía que correr el riesgo de cumplir con mi estancia aún a costa de todos (y quiero decirles que a un amigo del salón le dio hepatitis y parece que es oficial su baja), así que si fuera ya maestro titular pues no importa, veo quién me sustituya y listo, pero como apenas soy practicante, no debemos enfermarnos ni en sueños.
Ahora me siento bien, pero sigo teniendo las secuelas de la fiebre de ayer y pues al menos habrá un buen puente para recuperarme adecuadamente, lo malo será que tendré que recibir tres inyecciones más en la cadera, ash...

Nota bene: esto es digno de ser mencionado...
Alumno: -maestro, hoy no vine-
Yo: -¿Y cómo es que estás ahorita?-
Alumno: -es que soy un fantasma-

¿Se les hace conocido este diálogo, amig@s bloguer@s?